A cool novel about ninkyō dantai (with a big surprise).

21.8.06

13. Oops!

Irony is the hygiene of the mind.

Princess Elizabeth Asquith Bibesco

– Maldición, han barricado el maldito túnel.

– ¡Santas barricadas Hideki!

– ¿Perdón?

– Afortunadamente traigo siempre un bazooka en la cajuela.

Hideki desenfunda su wakizashi para atravesar el asiento trasero del auto hasta el maletero.

– ¡Maldición, aquí no hay un bazooka! ¡Malditos, te lo han quitado!

– Era una broma… –Tetsuo finje tristeza.– Mi pobre Eclipse… Ah ¡qué diablos!

Tetsuo acelera como si se le fuera la vida en ello y piensa "Hideki, que nombre ridículo, debe ser un hijo no querido, sus padres seguramente no conocían los métodos anticonceptivos…".

– Hideki, si salimos vivos de esta, yo invito las geishas y vos el sake.

– ¡Maldición! ¿De qué estás hab…?

Hideki es interrumpido por una potente sacudida. El auto se estrella violentamente contra la barricada, destruyendo la mayor parte del mismo. En la cabina del vehículo, el impacto es amortiguado por los airbags.

Los yakuzas que se encontraban detrás de la barricada tardan un momento en reaccionar y entender lo que ha sucedido. Algunos quedaron atrapados por los escombros, otros heridos por las esquirlas. Los gritos de dolor retumban en el túnel. Los que aún pueden mantenerse en pie, sacuden el polvo de sus mentes y se abalanzan sobre lo que queda del auto.

– Hideki, no funcionó. Probemos suerte con los muertos que caminan.

Cuando Tetsuo logra que Hideki reaccione, salen por la luneta del auto y corren con todas sus fuerzas hacia los zombies. Los yakuzas los acusan de cobardes por buscar refugio en el gentío, entre gente inocente.

– ¡Más gallina será la clueca de tu hermana!

Mientras tanto, en un bar de la ciudad, los presentes miran incrédulamente las noticias sobre la invasión zombie.

– ¡Bah! Es una campaña de distracción del gobierno. El pasado año la deflación ha sido la peor de la historia…

– No lo ven ¡es el virus Z desarrollado por la corporaciòn multinacional Piloto®!

– ¡Los dioses están furiosos!

– Claro, y el dulce de leche es argentino…

– Probablemente el infierno desbordó de insolentes como ustedes… Este es nuestro castigo, y vuestra culpa.

En la calle, Tetsuwan Atomu se encuentra en un atasco de tráfico. No puede creer que le esté sucediendo esto a él. En diez años jamás ha llegado tarde al trabajo. No soporta más la espera, se baja del coche y comienza a correr hacia el atolladero. Corre con todas sus fuerzas para no llegar tarde al trabajo. Siente que sus pulmones lo queman por dentro, pero sigue corriendo como si no existiera el mañana. A su paso ve que las personas corren en sentido contrario con la marca del pánico en sus rostros. Cuando llega a la encrucijada, todo se debe a un choque múltiple.

Momento, –piensa– los autos están vacios.

La gente está gritando histérica y forcejea con unos individuos andrajosos y malolientes.

Lo único que nos falta –se dice– es un cacerolazo.

Tetsuwan recibe un golpe por la espalda y cae desmayado como si su cuerpo no tuviera estructura ósea.

De vuelta al túnel, Hideki y Tetsuo logran atravesar la masa de zombies sin ser siquiera tocados, se abren a su paso cual Moisés atravesando el Mar Rojo. Los yakuzas, en cambio, son entorpecidos por el andar parsimonioso y sin rumbo de estas extrañas criaturas con forma humana.

A pesar de estar entrenados y armados, extrañamente, los yakuzas son superados por el número de zombies que parece no decrecer nunca. Cómo termina esta batalla no importa, después de todo, son carne de cañón, ¿recuerdan?

– ¡Maldición!, logramos escapar de los yakuzas y… esas… esas malditas… cosas. ¿Ahora qué, Tetsuo?

– Al norte, "¡maldición!" Hideki. Hacia el norte.

Tetsuwan abre sus ojos y ve un techo blanco. Se encuentra en una cama del hospital central. Lo reconoce porque le extirparon el páncreas el mes pasado y estuvo en una habitación idéntica a esta. Se aproxima una, hermosa, enfermera.

– Holaaaaaa ¡en-fer-mera!

– ¿Cómo se siente?

– Como si hubieran hecho sushi con mi cerebro. Tuve un sueño extrañísimo, soñé que los muertos volvían e invadían la ciudad. ¿No es gracioso? Lo último que recuerdo es la sensación de ser golpeado en la cabeza con un palo.

– Efectivamente, está aquí por una contusión en la cabeza.

– Bueno, muy agradable hablar con usted señorita pero yo debo llegar al trabajo.

– No creo que tenga usted trabajo al que ir, salvo que sea de defensa civil, policía o bombero voluntario. Cosa que no parece.

– ¿Qué quiere usted decir? ¿qué es todo ese ruido?

Por la ventana se ve un centenar de zombies haciendo destrozos en las marquesinas de los negocios y la gente gritando en pánico, disparándoles, golpeándolos con lo que encuentran a mano o simplemente corriendo.

Luego de interminables horas, Hideki y Tetsuo llegan a una ciudad en ruinas, ciudad que, alguna vez, se planeó que iba a ser la nueva capital del Japón. Delirio de un emperador demasiado amigo del sake y el awamori.

– Allí, Hideki, refuigiémonos en ese paseo de compras. –Hideki y Tetsuo ingresan a un edificio con locales comerciales que nunca llegaron a abrir sus puertas.– Aquí podremos pasar la noche y encontraremos armas y comida para poder seguir adelante.

Luego de asegurar todas las entradas y salidas del edificio para no ser sorprendidos, comienzan a deliberar sobre lo sucedido esa tarde en el túnel.

– No sé qué relación existe, Tetsuo, pero, desde que aparecieron esas criaturas, no puedo quitarme de la cabeza, como si fuera una melodía hedionda pero pegadiza, la palabra teletubbies

– ¡Maldición, deja de bromear maldito Tetsuo!

– tubbies… ubbies…

– No entiendo cómo logramos pasar entre esas criaturas como si fuéramos diplomáticos o tuviéramos lepra. ¡Maldición! tal vez esta maldita cosa tenga algo que ver. Se la quité a Kazumi antes de transformarse en… en…

Hideki sostiene una enorme gema verde cuyo brillo ilumina los rostros de ambos.

– pubbies… chubbies…

– ¿Qué piensas Tetsuo?

– Creo que es una conspiración judeo-masónica para dominar el mundo. Fíjate que el travestismo, el spam y los monopolios han ido en meteórica alza los últimos años…

– ?

– BTW, creo que también nos persigue la mafia rusa.

En nuestro próximo episodio:

Fear the cutest

Gojira se levanta de las profundidades, come a los zombies de un tarascón, destruye Neo-Neo-Tokio y es vencido por los Power Rangers en una batalla desopilante (que involucra una escena con Woody Allen hablando con su analista, un organillero con un monito tití y un plan que involucra grandes cantidades de maíz pizingallo en una planta nuclear).

Nace un nuevo futuro

Nuestro héroe hace un curso de punto de poder en el Y.A.K. para enseñarle una lección a la mafia rusa.

 
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