A cool novel about ninkyō dantai (with a big surprise).

5.5.06

9. If the house is a-rocking...

Loco aquel que confía en la docilidad del lobo, la salud de un caballo, el amor de un joven o el juramento de una puta.

King Lear, William Shakespeare

Kazumi y el policía corrupto llegan a un templo buscando un lugar para pasar la noche sin llamar la atención. Abandonan el auto tras unos arbustos, lejos de la autopista y caminan hacia el pequeño templo, silencioso como una tumba.

Camina, callado, a mi lado. Recuerda sus años pupilo en el templo, el enclaustramiento, el encierro, las horas de meditación, los castigos físicos. El lugar donde se masturbó por primera vez, descubrió su sensualidad. Me los imagino. Son como animalitos, cachorros. Van por ahí, corriendo, creyéndose diferentes, superiores, el amo del mundo. Un mundo gobernado por absurdas fantasías, sexualidad reprimida, agresividad mal encausada. Delirios de grandeza.

Ingresamos al templo, húmedo, a oscuras, vacio. Me revela sus pensamientos. Piensa crear una organización terrorista para masacrar políticos y empresarios corruptos por el bien público.

—Aprenderán que un gran poder implica una gran responsabilidad. Es una cuestión higiénica, nada más.— Su voz retumba en las paredes, me da escalofrío.

Más delirios de grandeza. Somos piedras en un tablero de Go, incapaces de cambiar nuestro destino. Hasta que cierren nuestros puntos vitales…

Alguien abre la puerta de un golpe y se encuentra con nuestras katanas en su cuello. Él lo reconoce.

—Chegu.

Envainamos y el tal Chegu, golpeado y ensangrentado de la cabeza a los pies, cierra la puerta desesperado. Nos cuenta sobre el matrimonio que se estaba celebrando entre los cerros. La felicidad de los novios, el terror de los testigos cuando unos extraños comenzaron a descender las laderas. Indefensos, ignorantes de su cercano fin. Los extraños estaban horriblemente desfigurados, olían a guerra y muerte, y resistían todos los golpes que les asestaban. No tuvieron oportunidad.

—¿Cómo saliste vivo de allí?

—Es inconfesable lo que tuve que hacer para escapar de esa carnicería. El terror ha quedado grabado en mis retinas, ese es mi castigo.

—Estás mal herido.

Cuando logramos acostarlo en el piso ya no puedo sentir su pulso. Él todos sus conocimientos de kuatsu para intentar reanimarlo. Sin éxito. Las heridas son profundas y ha perdido mucha sangre, es tarde para hacer torniquetes y buscar hemorragias internas.

Nos miramos, y sin hablar nos preguntamos ¿qué sucedió tras el cerro?

Dejamos el misterio para otro momento y nos separamos para buscar en el templo algo que nos sirva.

Me encuentro en una especie de morgue improvisada, hay mesas con cuerpos cubiertos con sábanas.

—¿Encontraste algo?— Me pregunta.

—Sólo cadáveres ¿y tú?

—Encontré la habitación del maestro. Allí podemos pasar la noche. ¿Estás segura que había sólo cadáveres?

—Sí, miré bajo las sábanas...

Horas después me despiertan los golpes en la puerta. ¿Qué le pasa a este hombre?

No es él. Lo veo sobrevolar la cama katana y wakizashi empuñados. Arrojándose contra la puerta.

No lo hago esperar.

—¿No me dijiste que sólo había muertos?

—Juro que están muertos.

En nuestro próximo episodio:

Zombie de mi esperanza
La historia toma un giro, y es narrada desde la perspectiva de un zombie.
Sangre, sudoku y lágrimas
Nuestros amigos quedan encerrados en el templo por tiempo indeterminado y deben matar el tiempo...
 
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